Teatro Infantil
Teatro para niños
Guiones infantiles, guiones para niños, guiones para alumnos de primaria
Obras teatrales para representar o dramatizar con grupo de niños y alumnos
La piñata más grande del mundoLa piñata más grande del mundo
Mario Lamo Jiménez
Mención de Honor, Concurso de Dramaturgia Infantil, Colcultura, Colombia
Personajes
Cipriano Cedillo: Fabricante de piñatas. Tiene unos sesenta años, es moreno de baja estatura, manos duras curtidas por su trabajo. Su cabeza es ligeramente calva, viste un delantal rojo y una camisa de manga corta.
La Burrita: Es una piñata de flecos blancos y mirada dulce.
La Mujer Maravilla: Es la piñata del personaje de las caricaturas, tiene un vestido azul con flecos dorados, la cara es una máscara de papel rosado.
El barquito de papel: Es un barquito de papel dorado con velas blancas.
La Piñata del Presidente: Es la piñata de un charro, tiene un traje azul con botones dorados, un sombrerón con cinta, grandes cejas de cabuya y una estrella dorada de alguacil en el pecho.
El padre: Tiene unos 40 años y viste deportivamente.
El niño: Va a cumplir siete años y viste un pantalón corto y una gorrita azul.
Las piñatas serán representadas por actores que tendrán máscaras o partes de su cuerpo en forma de piñata. La piñata del presidente será reemplazada en la escena VIII por una piñata de verdad cuando cuelgue del techo y en la última escena, durante la fiesta.
Escena I
Estamos en el taller de Cipriano, es temprano de mañana y Cipriano no ha llegado a su trabajo. En primer plano vemos una mesa de trabajo donde reposan diversos implementos de la piñatería, tales como papel de colores, bambú seco, una olla con engrudo, etc. Al fondo, recostadas en la pared están las piñatas que Cipriano ha venido trabajando, entre ellas vemos a nuestros personajes: la burrita, la mujer maravilla y el barquito de papel. Junto a la mesa de trabajo vemos la armazón de la piñata del presidente. La escena está a media luz y con las luces se simulará la salida del sol. Por el lado derecho del escenario aparece Cipriano. Viste su delantal rojo y trae una escoba en la mano. Suavemente entra la música de "Cascanueces", al ritmo de la misma, Cipriano baila al tiempo que barre. Deja la escoba de lado y recoge un plumero, continuando con su baile limpia una por una a sus piñatas. Cierra los ojos y soñador se queda quieto por un momento. Vemos como la piñata de la mujer maravilla cobra vida y deviene en una bailarina joven y hermosa, con la que Cipriano baila emocionado. Cuando la música termina, Cipriano vuelve a la posición que tenía al principio de su fantasía, abre los ojos y se dirige a sus piñatas:
Cipriano:
Si mis piñatas
cobraran vida
haríamos una fiesta
con una orquesta de burritas
y una mujer maravilla
que bailaría en mis brazos
las más bellas melodías.
¡Ay mis locas fantasías!
Piñatero a tus piñatas,
que el día es corto
y la vida larga.
Dicho esto, Cipriano se dirige a su mesa de trabajo, echa un vistazo a la armazón que tiene al lado y dice:
Cipriano:
Bueno, es hora de trabajar. ¿Cómo está hoy nuestro futuro presidente? Ésta va a ser la piñata más grande del mundo y va a ser nada más ni nada menos que nuestro mismo presidente, Perico de los Palotes, una piñata hermosa que adornará la mejor fiesta de cumpleaños de este lugar. (Mirando a sus otras piñatas) No se hagan las ofendidas, yo sé que Uds. también son piñatas muy hermosas, pero la piñata más grande del mundo ha sido el sueño de toda mi vida y hoy, por fin, la voy a terminar. (Mirando a la burrita) ¡Déjate de esos rebuznos melancólicos! Ni más faltaba, ¡una burrita celosa de un charro!, esos lagrimones de confeti nadie te los va a creer.
Suena de nuevo la música y vemos Embadurna con engrudo el papel azul con que recubre las piernas y el torso de la piñata, con paciencia infinita recubre la cara con papel rosado, de cabuya negra hace las cejas y dos óvalos de color negro se convierten en los ojos. Con papel dorado adorna el sombrero de charro que viste el presidente y para terminar, con el mismo papel hace una estrella de cinco puntas que le cuelga en el pecho. Extasiado, Cipriano contempla su obra maestra, le da los últimos toques, la acomoda y con una cabuya la cuelga a secar. La piñata del presidente gira en su cuerda. (Ésta es una piñata real que será reemplazada después por un actor.)
Cipriano:
¡Sólo le falta hablar! Si las piñatas hablaran, ¿Qué dirían? Algún día estas piñatas se tienen que volver personas o yo me tengo que volver piñata, para tener una fiesta y divertirnos de lo lindo. (Mirando por la ventana) ¡Caramba, cómo pasa el tiempo!, ya se está oscureciendo.
(Cantándole a la piñata del presidente)
Huesos de palo
cejas de cabuya
piel de papel picado
y corazón de luna,
sonrisa de caramelo
ojos de aceituna,
¿por qué es el cielo azul
y blanca la espuma?
El escenario se oscurece lentamente y vemos a Cipriano recoger sus implementos, los cuales coloca con cuidado sobre la mesa, tras lo cual sale por una puerta lateral.
Escena II
Se escucha una música suave de carnaval, voces y algarabía, las luces suben poco a poco, lo mismo que la música. Vemos que todas las piñatas (menos la del presidente) se han humanizado y están teniendo una fiesta, bailan entre sí, ríen y cantan. La música baja un poco y escuchamos las palabras del barquito de papel.
Barquito de Papel:
Cómo me gusta navegar por estas olas de papel,
llegar a islas de cartón, bajo cielos de tela y algodón,
pelear contra monstruos pintados en la pared,
llevar de pasajeras mariposas de origami,
con piel de estrella y ojos de corcel...
Burrita:
Si no fuera por el papel picado, no tendría qué comer. Me gusta el papel mantequilla,
porque me hace cosquillas en la cola y en la barriga.
Le tengo alergia al papel periódico,
me marean las noticias amarillas,
me enferman los titulares y los discursos,
pero me como una tira cómica porque me causa tanta risa,
¡que me río hasta por la camisa! Mujer Maravilla:
Yo peleo contra villanos de todos los colores y sabores,
ojirrubios en aeroplanos,
marcianos venidos de la India,
marineros de piscina en traje de fatiga y fatigados en traje de oficina.
Me duelen la injusticia y las rodillas,
sobre todo cuando bailo con prisa...
Repentinamente, la música se suspende, las piñatas se quedan estáticas y se escucha una voz ronca que nadie parece saber de dónde viene.
Voz:
Ya basta de tonterías, tanto baile y tanta risa
me enferman del sombrero,
me causan hepatitis de alegría,
me ponen amarillo de contento,
hacen que me dé envidia de 40 grados
y que me salgan viruelas en los dedos.
Las luces bajan y un foco ilumina a la piñata del presidente, quien sonríe siniestramente.
Presidente:
Yo soy la piñata del presidente y por consiguiente,
soy el presidente de las piñatas.
Teniendo en cuenta mis facultades y sus dificultades,
decreto:
Artículo ventiúnico:
Queda prohibida la alegría,
la risa será castigada, el baile no será permitido
y mucho menos las carcajadas.
Todo sueño es declarado subversivo,
de ahora en adelante, todo será
trabajo e impuestos,
quedan abolidos los domingos... el sol saldrá una hora antes...
antes será después y se suspende la hora
del almuerzo.
A trabajar todo el mundo en lo que yo diga,
vamos a barrer el aire
y a desplumar hormigas,
mi reino será ordenado patasarriba.
Favor presentarse siervos y
esclavos de 9 a 8 en mi oficina.
La piñata del presidente improvisa un escritorio en la mesa de trabajo de Cipriano. Las piñatas se miran sorprendidas y de mala gana hacen fila para recibir las órdenes del presidente. El presidente lee el periódico y las ignora.
Barquito de papel:
Hace una hora que esperamos en fila,
queremos que se nos diga cuál es nuestro trabajo.
Mujer Maravilla:
(A las otras piñatas)
¿Qué es esta falta de abuso?
Yo no me recuerdo haber elegido a este intruso presidente de nada,
todas las piñatas fuimos hechas del mismo material,
¿qué tiene ésta de especial?
Presidente:
(A través de un hueco que ha hecho en el periódico)
Basta de murmurar y escuchen lo que digo.
Lo primero que hay que hacer
para trabajar conmigo es esperar sin nada que hacer,
rascarse el ombligo, a ver,
todo el mundo, a hacer lo que yo digo.
(Las piñatas se rascan el ombligo y siguen haciendo lo que el presidente les ordena. Esto lo harán al ritmo de una música de fondo e imitando malamente lo que hace el presidente. Los cuatro formarán un ballet.)
Escena IV: Ballet del aburrimiento
Presidente:
Mirar para el techo como si se fueran a caer,
recostarse en la pared,
hacer aviones de papel,
bostezar una y otra vez,
morirse de tedio y de hastío,
quedarse dormidos,
tomar grandes tazas de café,
leer papeles muy aburridos,
cogerse los dedos de los pies,
saltar al derecho y al revés,
hacer cara de fastidio,
gruñir, refunfuñar, tener una rabieta y patalear,
ensayar miradas de furor, oír sin escuchar, hacer ruido, mirar para el techo otra vez,
hacer lo que ya hicimos al principio,
ir y volver, sin llegar a ningún sitio.
Cansarse sin hacer nada...
y ahora a trabajar
porque mi reino patas arriba
no puede funcionar
sin que ustedes hagan lo que yo les diga.
Para la música, las piñatas parecen muy cansadas, el presidente sonríe con una mueca malvada. La mujer maravilla da un paso adelante y exclama:
Mujer Maravilla:
Ya vas a ver, villano de pacotilla,
la mujer maravilla te va a detener,
porque en este reino de papel,
no hay esclavos ni esclavistas ni presidente...
Presidente:
Tampoco hay clavos ni repelente
ni tomates con dos cabezas
ni jirafas con dientes verdes.
Alto ahí, yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente, el presidente de las piñatas.
(Amenazante se acerca a la mujer maravilla)
Piñata insubordinada, queda usted arrestada
por ordenar la conmoción pública,
por violar el desorden establecido
y por pronunciar discursos aburridos.
(Con sus manos gigantescas, el presidente atrapa a la
mujer maravilla y la amarra con una serpentina.)
(A las otras piñatas): Y que sirva esto de mal ejemplo,
porque como dice el dicho,
ojos que no ven, corazón contento.
(Mira hacia la ventana y hace un gesto de fastidio): Pero cómo
pasa el tiempo, se nos está haciendo temprano
y ustedes todavía no han trabajado,
a trabajar todo el mundo, porque en este mundo, mando yo,
yo soy la piñata del presidente y por consiguiente,
el presidente de las piñatas.
Barquito de papel, a cargar viento,
burrita de cartón, a subir y a bajar montañas de algodón...
y sin un lamento.
(El presidente observa al par de piñatas trabajando, al ritmo de sus movimientos, cantarán:)
Piñatas:
Trabajo de arriba a abajo
cargando nubes
y encendiendo soles
trabajo de abajo a arriba sembrando flores
y cosechando ortigas,
trabajo y no me pagan
sólo me apagan la luz del día...
Presidente:
Más trabajo y menos canto,
no gasten la voz
que ustedes tienen dueño
y tanta canción (restregándose los ojos)
me causa sueño...
Piñatas: (Cantando)
La piñata del presidente
tiene dos dientes
el cielo tiene
una estrella
y el pájaro
tiene un nido
el presidente
tiene sueño
y está dormido.
El presidente se duerme parado. La burrita y el barquito de papel se miran entre sí, caminan en puntillas y liberan a la mujer maravilla. Bajan las luces y vuelven a su posición de piñatas..
Escena V
Es de mañana y Cipriano llega a su taller. Entra alegre y sonriendo, empieza a ordenar sus enseres. De espaldas a las piñatas, se dirige al público:
Cipriano:
Si ustedes supieran
que además de piñatero
yo soy el mejor cocinero
de Laredo,
cocino chivo relleno
queda tan rico
que uno se chupa
hasta los dedos...
(Girando la cabeza)
A ver cómo amanecieron mis piñatas.
(Con cara de asombro)
Pero si están cansadas
y ojerosas
como si no hubieran dormido
(Mira al presidente quien sonríe)
Sólo el presidente sonríe
con sus blancos dientes,
la burrita está pancicaída
y el barquito de papel
tiene pálidas las velas
y el timonel
y la mujer maravilla
tiene sin color
las mejillas.
Tranquilas mis piñatas
yo las dejaré como nuevas.
Se dirige a sus piñatas y empieza a trabajar en ellas, quita ojeras, arregla sonrisas, repara velas. Las piñatas vuelven a animarse y de nuevo quedan felices y contentas.
Cipriano:
No hay problema que no tenga respuesta
ni respuesta sin problema.
¿Por qué tienen colores las flores y la gente dos orejas?
¿Para qué fabrican miel las abejas?
Cuando está llena la Luna, ¿de qué está llena?
¿A qué hora duermen las ballenas?
¿Por qué durmieron mal mis piñatas
y amanecieron con ojeras? (Mirando al
presidente) ¿Será que están tristes porque tienen celos de la piñata más grande del mundo?
Cipriano hala una cuerda y del techo descienden lentamente pequeñas piñatas que cuelgan de sus respectivos hilos. Vemos piñatas en forma de planeta, estrellas, flores, cometas y abejas. Como un titiritero de piñatas, Cipriano hace que éstas suban, bajen y den vueltas. Cipriano canta la canción de los celos.
Cipriano:
Érase un planeta
que quería ser estrella
y sintió celos,
érase un cometa
que quería ser planeta y sintió celos,
érase una abeja
que quería ser cometa
y sintió celos,
érase una flor
que quería ser abeja
y sintió celos,
érase una estrella
que soñaba con ser flor
y sintió celos...
(Deja de cantar y mira a la piñata del presidente) En este paraíso de piñatas no hay manzanas ni serpientes, otra vez es un mundo feliz, con sonrisas llenas de dientes.
(Cipriano sale de escena y las luces bajan.)
Escena VI
La piñata del presidente está muy quieta y duerme. Las otras piñatas se van despertando, vemos cómo se desperezan lentamente. Oímos al barquito de papel murmurar mientras se estira:
Barquito de Papel:
Tuve una horrible pesadilla,
soñé que el presidente,
¡Dios me asista!
era un odioso fascista...
Burrita: (Bostezando)
¿Un fascista?
¿Qué es eso?
Alguien que no come queso?
Mujer Maravilla:
Pues no era un sueño,
hablen pasito,
un fascista es el que
se hace dueño
en un momento
de tu vida
y hasta de tus pensamientos
Presidente:
(Despertándose) Prohibido hablar sin permiso
o se les quita la voz,
porque en este reino patas arriba
yo soy el dueño de los medios de comunicación, no se puede cantar ni una canción
a menos que así yo lo decida,
yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
el presidente de las piñatas...
Mujer Maravilla:
Nos han quitado hasta el derecho
a tener derecho
en este reino torcido,
a este fascista
nadie lo ha elegido...
Presidente:
No me obliguen a volverlos
una pulpa de papel,
¿Y qué insecto ha picado
a esta mujer,
que protesta como si llevara
por dentro toda una orquesta?
A trabajar todo el mundo
porque en este reino mío,
lo que no está alquilado,
está vendido.
(Las piñatas pretenden trabajar en cámara lenta, el presidente las supervisa y continúa:)
Venderemos papel a Israel,
y chocolate a la China,
calzoncillos a Argentina,
y jabón al Japón,
importaremos nieve de los Alpes
y alpiste de los Andes,
astronautas de Alemania
y alemanes de España,
arroyos de Guatemala
y tamales de Ucrania,
entonces vendrá el desarrollo
y en cada olla, habrá un pollo,
porque yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
el presidente de las piñatas...
Barquito de Papel:
¿Seré entonces dueño de una compañía pesquera?
¿Ministro de guerra?
¿Pescador de ministros?
¿Yate presidencial?
¿Residencia real?
Presidente:
Serás todo lo que tu imaginación quiera,
menos lo que eres en realidad,
para empezar,
te nombro asesor del secretario
del dignatario encargado
del arte de improvisar,
y como si esto fuera poco
te coloco este escudo de metal
y esta bandera de tela
para que en caso de guerra
puedas morir por ellas.
El presidente cuelga una bandera pirata llena de estrellas y un escudo con un águila del mástil del barquito de papel. Éste se pasea orgulloso por el escenario, mira con altivez a sus compañeras piñatas. Se detiene frente al presidente. Implorante:
Barquito de Papel:
¿Ahora yo también puedo dar órdenes desordenadas,
suspender los derechos
y promover los torcidos,
decir mentiras verdaderas y verdades mentirosas,
trabajar sin moverme
y moverme sin trabajar,
hablar sin decir nada
y nadar sin agua?
La mujer maravilla y la burrita miran con asombro a su traidora compañera, el presidente sonríe con una amplia sonrisa de cartón.
Presidente:
Peores palabras
yo no pudiera haber dicho,
podrás hacer todo lo descrito
y además de lo anterior,
te nombro preso y carcelero,
embajador en la Ciudad Perdida
cocinero mayor
ministro de minas y esferos
y guardia encargado
de vigilar que estas ingratas piñatas
se pongan ahora mismo a trabajar.
(Bostezando) Tanto trabajo
me tiene agotado,
me voy a trabajar acostado.
El presidente se acuesta en un rincón. El barquito de papel se pavonea y encara a sus compañeras piñatas:
Barquito de Papel:
(En voz alta)
Ya oyeron al señor presidente,
yo, el barquito de papel
he sido ascendido a coronel
y por este escudo de metal
ahora soy general,
encargado de vigilar
el desorden establecido.
(Mira al presidente que cabecea y da
grandes bostezos, mientras los ojos se le abren y se le cierran)
Mujer Maravilla:
Eres un traidor que se ha vendido
por una medalla de hojalata
y una bandera pirata
no eres barco sino veleta,
te soplan como si fueras
una trompeta...
Burrita: (Lanzando un rebuzno)
A este presidente falso
yo lo despierto de un mordisco
y hasta lo dejo bizco,
lo levanto de una coz
que hasta le quito la voz,
¡Dios me asista,
no hay mal que dure cien años
ni burro que lo resista!
Barquito de Papel: (En voz baja)
Hablen pasito
que despiertan
al presidente
y además
yo tengo un plan
para parar
a este delincuente...
Burrita: (En voz baja y asombrada)
¿Quiere decir
que no te has vendido
al presidente de lo torcido?
Barquito de Papel:
Seré barquito de papel
pero nunca seré infiel,
no seré general del mal
ni yate presidencial...
escuchen, éste es mi plan...
Las piñatas hacen un corrillo y el barquito de papel les explica en voz baja su plan, la mujer maravilla sonríe y la burrita tira coces de alegría.
Escena VII
Vemos a las piñatas recorriendo con prisa el escenario, recogen pintura, bambú y papel, trabajan laboriosamente, sin que veamos lo que están haciendo. Cuando terminan lucen agotadas y contentas, contemplan su trabajo orgullosas. El barquito de papel se dirige entonces al rincón donde duerme el presidente.
Barquito de Papel:
Despierte señor presidente,
perdone que le interrumpa el sueño,
(El presidente abre los ojos y gruñe)
quiero decir, el trabajo
le tenemos un regalo
para que usted se siente,
un presidente no debe dormir en el piso
(Quitándole el sombrero de charro)
Por medio de este acto lo corono
y le hago entrega de este trono...
(La burrita y la mujer maravilla le
muestran al presidente el fruto de
su trabajo y éste sonríe entre sorprendido
y satisfecho. Es un trono recubierto de papel
dorado y estrellas plateadas.)
Burrita:
Nosotras las piñatas
hemos humildemente pensado
que un presidente de su talla,
si es que hay ley,
debe ser además rey.
Mujer Maravilla:
Y usted, su majestad
desearíamos que fuera,
no sólo la piñata
más grande del mundo,
pues eso sería poca cosa,
sino además, la más hermosa...
El presidente orgulloso se dirige a su trono, lo examina para asegurarse que en verdad se trata de un trono. Una vez que está seguro de ello, se sienta en él con cuidado. Las piñatas aplauden, el presidente les hace señas para que dejen de aplaudir.
Presidente:
Es para mi una falta de deshonor
sentarme en este trono
que tenía tan merecido,
ya sé que fui por ustedes elegido
porque soy el mejor,
el más grande y el más bello,
y además de ello
puedo confundirlos con mis palabras
y refundirlos con mi habla,
porque tengo una maestría en discursos
y he hecho cursos
de economía, magia y anatomía,
¿Ven esta mano?
Nada por un lado, nada por el otro, (Cierra la mano, la abre y aparece una flor de papel)
Puedo hacer que sientan calor cuando haga frío,
o que llueva y no se mojen
porque en este reino mío
lo más derecho
es lo que está torcido.
(Se mete la flor en la boca y ésta desaparece)
Barquito de Papel: (Al público)
Y arriba está abajo
y el orden es el relajo.
(Al presidente)
De charro a emperador
todo es asunto de traje
con un poco de maquillajey ayudado por un guión
el idiota es presidente
y el ignorante doctor.
Mujer Maravilla:
No hay vejez que el maquillaje
no convierta en juventud
aquí los defectos son virtud
todo es asunto de ropaje
por eso le hicimos este traje...
La mujer maravilla desenvuelve una túnica blanca y se la presenta al presidente, el cual la mira complacido.
Burrita: (Ayudándole al presidente a vestirse la túnica)
Permítame que le rebuzne mi más indigna admiración
porque este traje
de la más falsa seda,
no sólo no lo trajimos
de la China,
sino que es de ordinaria tela
y aunque el burro se vista de seda,
burro se queda,
por eso lucirá su majestad
como siempre ha lucido,
es decir, feo, petulante y engreído...
Presidente:
Ya basta de adulación,
me quedo con el traje,
con la corona y el trono
mas no traten de engañarme
que no soy bobo, sé que ustedes no quieren trabajar
y por eso me regalan tanto adorno,
(Como si mirara su imagen en un espejo, el presidente se pasea prepotente)
Ahora a trabajar todo el mundo,
porque yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
...el emperador.
Las piñatas simulan hacer un mecánico trabajo, mientras el presidente se compone su nuevo traje. Bajan las luces y las piñatas se quedan quietas. La escena se oscurece.
Escena VIII
Suben las luces, las piñatas están quietas y parecen muy cansadas, tan sólo la piñata del presidente parece fresca y contenta. Oímos un silbido y es Cipriano que llega a trabajar.
Cipriano: (Entrando al escenario, canta y alista sus enseres)
Sonríe Luna, cara de arepa
rellena de queso y frita en manteca,
la mira el sapo en la laguna,
la luna baila en el agua pura,
la mira el niño desde su cuna,
le guiña un ojo la vieja Luna,
le gruñe el cerdo, el búho ulula,
el señor burro su amor rebuzna,
sonríe Luna que el sol se acerca,
Luna cansada, duerme y se acuesta.
(Hablando) No hay nada como levantarse
bajo el calor de las estrellas
y la luz mágica que regala la Luna.
Veamos ahora cómo están mis piñatas,
(Contando) Una, dos, tres...
parecen muy cansadas y me falta una...
¿Qué se hizo el presidente?
(Mira por todas partes y no lo encuentra, finalmente, mira hacia el techo y ve la piñata
del presidente, como si fuera un dios, colgando en su trono. Exclama admirado)
¿Cómo pasó esto?
No sólo tengo la piñata
más grande del mundo,
sino la más hermosa del universo,
ahora sé por qué mis piñatas
amanecían cansadas
trabajaban de noche
para darme la mayor sorpresa de mi vida,
¡mis piñatas están vivas!
el presidente es emperador
y gobierna desde arriba.
(Mirando a sus piñatas)
Ahora para premiarlas,
haré una recua de burritas,
una flota de barquitos de papel
y un ejército de mujeres maravilla,
¡Y que el dios de las piñatas las bendiga!
Cipriano parece muy contento, suena la música del principio y baila con la mujer maravilla. Apenas acaban el baile, aparecen en escena el padre y el hijo, saludando:
El padre:
Buenos días don Cipriano,
como le había prometido,
vengo a comprarle una piñata
pero no queremos una piñata cualquiera,
El niño: Tenemos como 100 invitados
y necesitamos una piñata
tan grande como una nevera.
El padre: (Mirando las piñatas)
No tiene sólo que ser grande
sino hermosa
queremos una piñata con flecos
y adornos...
El niño:
Una piñata que adorne la fiesta
con alma de elefante
y cara de orquesta...
Cipriano: Puedo ofrecerles esta burrita,
no es la más grande,
pero es muy bonita...
El niño:
Ya tuvimos burrita
en la fiesta pasada
y me dio una coz tan dura
que todavía tengo la pierna morada...
Cipriano:
¿Qué de la mujer maravilla?
le caben miles de dulces
y de noche brilla...
El padre:
La última nos salió llena
de hormigas,
qué descaro, todavía me rasca
donde me picaron...
Cipriano: (Un poco desconsolado)
Éste es el mejor barquito de papel
que haya navegado
por una fiesta de cumpleaños...
El niño:
Un barquito como ese
nos hizo una vez muchos daños,
navegó por la tina, e inundó el baño...
Cipriano: Está bien, está bien,
entonces les ofrezco mi mejor piñata,
la más grande, la más hermosa
y la más barata...
El niño:
¿Y dónde está esa piñata que no la veo?
¿Acaso nos va
a caer del cielo?
Cipriano: (Señalando hacia arriba)
He aquí mi última y mejor creación
la piñata del presidente
sonrisa falsa y dientes de cartón
por dentro charro y por fuera emperador,
le encantan el engrudo y la adulación...
El niño: (Mirando al papá)
Ésa es la piñata que quiero,
la más grande que Cipriano ha hecho,
¿podemos bajarla del cielo?
quiero decir, del techo...
Cipriano hala la cuerda, suena una música celeste y en medio de una nube, el presidente desciende. Una vez en el piso, las luces se prenderán y apagarán rápidamente y la piñata será sustituida por el actor que la interpreta. Vemos su cara de orgullo por haber sido elegida entre todas las piñatas. Bajan las luces y una luz enfoca por unos segundos la cara feliz del niño quien contempla su piñata, entonces las luces se apagan.
Escena IX
Estamos en el taller de Cipriano, hay un telón blanco al fondo, las piñatas que aparecieron en la escena V, cuelgan de nuevo a la vista del público, la escena está a media luz. Escuchamos una música infantil. En una esquina aparece Cipriano, quien soñador contempla el telón, en el cual empieza a proyectarse ya sea una película de 8 milímetros o transparencias de la fiesta de cumpleaños del niño de la escena anterior. Entre otras cosas, vemos al niño soplando siete velas, a los niños comiendo la torta de cumpleaños, etc. La música baja y la burrita, la mujer maravilla y el barquito de papel entran en el escenario bailando cogidas de la mano a la vez que cantan.
Las escenas de la fiesta se dejarán de proyectar en este punto, hasta que se indique lo contrario. La piñatas harán un juego, cada cual estará cogida de la cintura de la otra y bailarán haciendo un semicírculo. Cambiarán repentinamente de dirección, de manera que la última sea la primera y viceversa.
Coro de Piñatas:
Arriba está el sol
abajo hay una orquesta
y la piñata del presidente
está en su fiesta...
Burrita:
Piñatas y piñatero
como cabeza y sombrero
(Invitando a Cipriano) bailamos juntos...
Barquito de Papel:
Juntos bailamos, la rueda, rueda
el último pase al frente
y el que se queda es el presidente...
(Dan la vuelta, la mujer maravilla queda de
última)
Mujer Maravilla: Yo no me quedo atrás ni al frente
la rueda, rueda, está caliente,
porque Cipriano es el presidente...
(Dan la vuelta, Cipriano queda de último)
Cipriano: Demos la vuelta en la rueda, rueda,
nadie se queda atrás ni al frente...
(Hacen un círculo. Se empiezan a proyectar
de nuevo las escenas de la fiesta, la piñata del presidente cuelga del techo y muchos niños
con gorritos de papel la miran con ansia de recibir los regalos.)
Todos:
Arriba está el sol
abajo hay una orquesta
y el presidente
está en su fiesta...
Al decir esto, en la pantalla aparecerá el niño que cumple años con los ojos vendados y un palo en la mano, a punto de propinarle un garrotazo al presidente. Las piñatas salen bailando cogidas de la mano con Cipriano. Se apagan las luces.
FIN
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