lunes, 3 de octubre de 2011

Guión u Obra teatral para niños: El Mensaje

Teatro Infantil

Teatro para niños

Guiones infantiles, guiones para niños, guiones para alumnos de primaria

Obras teatrales para representar o dramatizar con grupo de niños y alumnos


EL MENSAJE

Francisco Javier Bernad Morales


ACTO ÚNICO


(Exterior de un castillo. En el centro, la puerta, junto a ésta, una silla, dos ventanas a los lados. A la izquierda un bosquecillo y a la derecha, campos de cultivo. Gerberto y la princesa en el centro)



Princesa: Tenemos que hacer algo,

mi padre desea que me case

con Gilberto



Gerberto: Nunca lo consentiré.

Hablaré con vuestro padre



Princesa: De nada servirá. Ya sabes que, sin faltarle al respeto,

si algo se le mete en la cabeza

nunca cambia de opinión.



Gerberto: No te falta la razón.

Aun recuerdo con horror

cuando se empeñó en decir

que era redonda la tierra



Princesa: Y para que se callara

todos dijimos que sí



Gerberto: Pero algo se podrá hacer

para que acepte nuestra boda.

Si yo matara a un dragón

me querría como yerno.

También si derrotara a los turcos,

si venciera a los piratas...



Princesa: No digas más tonterías.

Ni dragones, ni turcos, ni piratas,

aquí sólo hay lagartijas.

Con eso no vas a impresionarle.



Gerberto: Puedo descubrir América...



Princesa: Cuando vuelvas seré vieja.

Además he oído contar

que eso lo va a hacer Colón.



(Entra Eloísa, una dama, por la derecha)



Eloísa: Buenos días, Alteza,

Hola, Gerberto



Princesa: ¿Ocurre algo, Eloísa?

Pareces nerviosa



Eloísa: Vuestro padre, princesa,

desde esta mañana está muy extraño,

recorre el castillo de arriba abajo,

habla solo y aunque escucho tras la puerta

no le entiendo lo que dice.



Gerberto: ¡El rey preocupado!

Esta es mi oportunidad:

me entero del problema,

al momento lo resuelvo,

y aprovecho la ocasión

para pedirle tu mano



Princesa: Aunque tú lo hayas pensado,

no parece mal pensado.



Eloísa: Continuaré vigilando

por ver si descubro algo.



Gerberto: ¡Cuidado! Se oyen pasos



Princesa: Ocultémonos



(Gerberto, la Princesa y Eloísa se ocultan en el bosquecillo de la izquierda. Por la derecha entra el rey. Mientras habla se lleva las manos a la cabeza)



Rey: No lo puedo comprender

no me cabe en la cabeza...

¡Qué bien, una silla!

Lo pensaré sentado

que será más descansado.



(Por la derecha entran Gilberto, un caballero, y Elvira, una dama)





Elvira (hace una reverencia): ¡Buenas tardes! Majestad



Gilberto (también hace una reverencia) También os lo digo yo.

Que tengáis muy buenas tardes



Rey: Gracias, gracias, muchas gracias.

Pues aquí estaba pensando



Elvira: Mas, ¡che!, ¿pensando vos?

Eso no es digno de un rey



Gilberto: ¿Pues no tenéis mayordomo,

consejero y escudero,

hasta sastre y tesorero,

zurcidor y zapatero?

¡Qué piensen ellos!



Elvira: Si vuestro padre lo viera...



Gilberto: Si vuestra madre supiera...



Rey: Muy bien sé que no es normal,

pero esta mañana vino

un extraño caballero

con espada y sin sombrero...



Elvira: Será la moda moderna



Rey: Ya está bien de interrumpir,

que aquí sólo mando yo.

Me saludó el caballero

y entregome un pergamino

de extraños signos cubierto...



Gilberto: ¿Un pergaqué?



Elvira: Ha dicho que un pergamino.

Parecés sonso.

¿Qué es un pergamino?



Rey: Un a modo de piel fina

que no sé para qué sirve.



Gilberto: ¿Nada dijo el caballero?



Rey: Dijo que era un mensaje

y que los signos hablaban



Elvira: ¿Podemos verlo?



Rey: Llamaré a mis pajes.

¡Pajes! ¡Pajes! El mensaje.



Gilberto: (desenfunda la espada) Quizá sea peligroso.

Prepararé mi espada



Entran dos pajes por la izquierda. Llevan un gran cartel que mostrarán al público de forma que éste pueda leer “EL REY ES TONTO”.



Paje 1º: Aquí estamos, majestad



Paje 2º: Por lo que queráis mandar



(Gilberto se ha escondido disimuladamente tras Elvira y asoma con precaución la cabeza)



Gilberto: ¡No temáis!. Yo os protejo



(Elvira se acerca al pergamino)



Elvira: ¡Qué pergamino más lindo!

¿Qué habla decís? ¡Che!,

yo no oigo nada



Rey: Dicen que hay que leer

para escucharlo



(Gilberto deja de esconderse, pero se mantiene a prudente distancia del pergamino)



Gilberto: ¿Qué es leer? ¿Lo sabéis vos?



Elvira: ¿Y no había de saberlo?

Será un hechizo mágico



Rey (da una palmada de alegría) ¡Es verdad!.

Casi lo estaba pensando



Elvira: Un rey no debe pensar.

Sólo tiene que mandar.



Gilberto: Da agujetas al cerebro



(Los pajes, cansados de que nadie les haga caso, se han sentado en el suelo y juegan con los tazos)



Rey: Cesen ya las palabras,

que es momento de actuar,

y pues se trata de magia

llamemos a don Beltrán.



Elvira: ¿El mago?

Pero, ¿vos sabés?

Es un petiforro



Rey (a Gilberto) ¿Entiendes algo?



Gilberto ¿A esta loca?

Ni una palabra



Rey (enérgico a los pajes) ¡Dadme ahora mismo los tazos!

¡Llamad a don Beltrán!





Paje 1º: Como mandéis



Paje 2º: ¿Nos los devolveréis luego?



Gilberto: Majestad, si permitís,

y ya que nada hago aquí

marcho a casa de mi tía

a comerme una sandía



Rey: Bien, Bien. Tenéis permiso





(Gilberto sale por la derecha. Los pajes le dan los tazos al rey y se marchan por la izquierda, inmediatamente vuelven a entrar con don Beltrán y sus ayudantes)



Rey: ¿Cómo? ¿Tan rápido?



Don Beltrán: ¿Acaso no soy mago?

Supe que me llamaríais

y venía de camino



Paje 1º: Es verdad.

Enseguida lo encontramos



Paje 2º: Justo detrás de aquel árbol



Elvira: Seguro que estaba escuchando



Don Beltrán: Decidme cual es el problema



Rey (a los pajes): Enseñadle el mensaje



Paje 1º: Ahora mismo, Majestad



Paje 2º: ¿Nos dais los tazos?



Don Beltrán (a sus ayudantes): Sostened ese extraño objeto

Mientras yo lo examino.



(Los ayudantes toman el mensaje que les dan los pajes y lo sostienen de forma que lo vea el público. El rey devuelve los tazos a los pajes)



Rey: Id a jugar lejos



(Los pajes se retiran a la izquierda a jugar con los tazos)



Don Beltrán (a sus ayudantes) ¿Qué observáis en el objeto?



Ayudante 1º: Pesa poco



Ayudante 2º No huele



Ayudante 1º: Es amarillo



Ayudante 2º: Con signos de colores



Don Beltrán: ¡Muy bien! Estáis progresando

Si os esforzáis pronto seréis como yo



Doña Elvira: Una pareja de croncos

Pobrecillos



(Los ayudantes dejan el cartel, de forma visible, junto a la silla del rey, donde permanecerá durante el resto de la obra)



Don Beltrán (al rey): No cabe duda,

he de hacer un sortilegio



Rey: ¿Leeréis y hablará el pergamino?



Don Beltrán: Mucho, y con buena voz.

Necesito al cocinero



Rey: ¡Pajes! Llamad al cocinero



Paje 1º Siempre nos está mandando



Paje 2º Calla o nos quitará los tazos





(Los pajes salen por la izquierda y vuelven con el cocinero y dos pinches. Los pajes vuelven a su juego)



Cocinero: Buenas tardes, Majestad,

Y a toda la compañía

igualmente se saluda



Rey: Preparad lo que pida don Beltrán



Don Beltrán Quiero pimientos rellenos,

y la pierna de un cordero...



Rey (le interrumpe extrañado) ¿Para leer hace falta eso?



Don Beltrán: No. Eso es para cenar.

Para el sortilegio traed

una mediana olla

y un poquito de cebolla



Pinche 1º: Ahora mismo



Pinche 2º: Voy volando



(Salen los pinches y vuelven con la olla y la cebolla)



Don Beltrán: (a sus ayudantes): Dadme el maletín



(Don Beltrán mete la cebolla dentro de la olla y luego añade el contenido de unos frascos que saca del maletín. Mientras lo hace farfulla palabras incomprensibles).



Don Beltrán: Alismofar, calasmufir

Rindofón, galarmafor

Sinfolat, atusmalat,

Cascalubia, gondefir.



Elvira: ¡Qué macana!

Y dicen que yo hablo raro



Rey: ¿Ya terminó? No se oye nada



Don Beltrán: Es culpa de mis ayudantes,

Me habrán dado un maletín

equivocado.



Ayudante 1º: Siempre nos echa la culpa



Ayudante 2º: Ya estoy harto.

Me marcho a mi pueblo



Ayudante 1º: Te acompaño.



(Los ayudantes se marchan por la izquierda)



Don Beltrán: ¡Eh! ¡No os vayáis!

¡Os subiré el sueldo!



(Corre tras sus ayudantes)



Cocinero: Pues no nos necesitáis...



Pinche 1º: Con permiso...



Pinche 2º: Nos marchamos.



(Salen el cocinero y los pinches por la izquierda)



Elvira: Majestad, ya os avisé.

No os fiéis de don Beltrán

que es un vago y un truhán.



Rey: ¿Y a quién podemos llamar?





Elvira: Una conocida mía,

la hechicera Magdalena

que es una bruja muy fina,

solucionará el problema.



Rey: ¿Es de fiar?



Elvira: ¿De fiar decís?

¿Es que vos no sabés

que es mi amiga desde niña?



Rey (a los pajes). ¡Buscad a Magadalena!



(Los pajes se levantan y esconden los tazos)



Paje 1º: Vuestros deseos...



Paje 2º: Son órdenes...



Paje 1º: Que sin tardanza...



Paje 2º: Cumpliremos...



Rey: ¡Callaos y salid corriendo!



(Salen los pajes por la izquierda, al momento entran con Magdalena y sus dos aprendizas de bruja)



Rey (escamado) Sí, ya sé, como sois bruja

sabíais que os iba a llamar

y veníais de camino.



Paje 1º: La encontramos...



Paje 2º: Tras el árbol



(Los pajes se sientan a jugar con los tazos)



Elvira: Otra que estaba escuchando



Magdalena (hace una reverencia) ¡Buenas tardes, Majestad!

Chicas, saludad al rey,

que vea lo bien que os educo



(Las aprendizas hacen una reverencia. Hablan las dos a la vez)



Aprendizas: ¡Buenas tardes! ¿Cómo estáis?

Nosotras bien. Gracias

¿Y la familia? ¿Bien?

Nos alegramos...



Rey (a Magdalena) ¿Podéis hacerlas callar?

Me comienzo a marear



Magdalena: Ya basta, chicas.

Como soy adivina,

conozco el problema.

Pagadme y al momento,

lo habré arreglado



Elvira: ¡Tendrá morro!



Rey: ¿Cómo? ¿Pagar por adelantado?





Magdalena: No sé de qué os extrañáis.

Decidle a Su Majestad

los versos que os enseñé.



Aprendiza 1ª: Siendo yo niña y muchacha

mi madre me lo decía,

que gratis no trabajara

que era grande tontería



Aprendiza 2ª: Y como a menudo olvidan,

una vez hecho el trabajo,

el momento de pagar,

tengo de antiguo costumbre



Aprendizas (las dos a la vez): De adelantado cobrar.





Rey (furioso): No tolero impertinencias.

Pretenden que yo les pague...

Soy el rey y mando yo

y como mando, yo mando

que trabajéis sin cobrar,

y luego, ya se verá.



Magdalena: Pues nosotras nos negamos



Aprendizas (a la vez): Iremos al sindicato.



Rey: ¡Guardias! ¡Venid! ¡Protegedme!



(Entran tres guardias por la derecha)



Guardia 1º: ¡Aquí estamos, Majestad!



Guardia 2º: ¿Os atacan los infieles?



Guardia 3º: ¿Es que vienen los piratas?



Guardia 1º: Si es así, yo tengo prisa



Guardia 2º: Mi turno acaba a las nueve



Guardia 3º: Yo me tengo que marchar.



Rey: ¡Basta! Llevaos a estas brujas,

metedlas en la mazmorra

y dadles para comer

tan solo pan y cebolla.



Guardias (los tres): Daos presas por orden del rey.



Guardia 1º: No lo toméis a mal



Guardia 2º: No es nada personal



Guardia 3º: Somos unos mandados



Guardias (los tres): Si os vengáis con un hechizo

que no sea con nosotros



Guardia 1º: Somos jóvenes



Guardia 2º: Tenemos familia



Guardia 3º: Somos unos mandados.

(Los guardias salen por la derecha con las brujas)



Rey: Y ahora ¿qué haremos?



(La Princesa, Gerberto y Eloísa salen de su escondrijo)



Elvira: Todo el reino está escuchando.



Princesa: Buenas tardes, padre



Gerberto: Muy buenas, rey Casimiro



Eloísa: Buenas tardes, Majestad



Elvira: Nadie me saluda a mí



Gerberto: Majestad, puedo ayudaros.



Rey: ¿Acaso sabes leer?



Gerberto: Así es.



Elvira: No me lo puedo creer



Rey: Bien, ¿pues qué dice mi mensaje?



Gerberto: Me acercaré para oírlo

Ya lo escucho. Poned atención:

El rey es inteligente,

lo sabe toda la gente,

en cuanto abre los labios

se le nota que es un sabio.



Elvira: Este pibe es un cronopio.



Rey: Me complace escucharlo,

ya lo había imaginado.

Pedidme lo que queráis.



Gerberto: Amo a vuestra hija

y ella me quiere.



Princesa: Así es, queremos casarnos.



Rey: ¿Sólo es eso?

Pues me parece muy bien

En cuanto al cartel, ordeno

que con un marco de oro

se coloque sobre el trono

para que todos lo vean

y para que todos sepan

que les gobierna un rey sabio.

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