sábado, 31 de julio de 2010

"La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano"

Más Actual que nunca, "La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" define las bases de nuestro ideal de sociedad liberal


"La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" fue aprobada el 26 de agosto de 1789 por la Asamblea Nacional Constituyente en Francia, al inicio de la Revolución Francesa. Es uno de los documentos históricos más importantes de la Humanidad en materia de Derechos Humanos y libertades individuales .Junto con la "Declaración de la Independencia Norteamericana" 1776 y "Bill of Rights" 1689, reflejan el pensamiento liberal de la época y ciclo de las revoluciones liberales o también llamadas burguesas. Sobre estos ideales plasmados en estos tres documentos es que se basan la organización del los distintos Estados Democráticos y Liberales que actualmente conocemos. Son entonces una fuente de inspiración para la redacción de distintas Constituciones y Declaraciones de Independencia de América y del Mundo Contemporáneo. "La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" es sin duda la más rica de todas, por tener un contenido social más profundo y tolerante.
No ha perdido vigencia, utiliza un vocabulario sencillo y conciso. Es además un muy buen documento para repasar con nuestros alumnos a la hora de hablar de derechos, garantías y obligaciones. Sin dudas sería bueno que la repasáramos todos muy de vez en cuando y recordemos que algunos ideales que nos hace como sociedad y como individuos responsables en ella para que de este modo no caigamos en la ignorancia, el olvido o el menosprecio como ella misma declara.

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789)

"Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de los ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de todos.
En consecuencia, la Asamblea nacional reconoce y declara, en presencia del Ser Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano:
Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.
Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Artículo 3.- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella.
Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.
Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene.
Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o que sancione. Como todos los ciudadanos son iguales ante ella, todos son igualmente admisibles en toda dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y sus talentos.
Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como no sea en los casos determinados por la ley y con arreglo a las formas que ésta ha prescrito. Quienes soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deberán ser castigados; pero todo ciudadano convocado o aprehendido en virtud de la ley debe obedecer de inmediato; es culpable si opone resistencia.
Artículo 8.- La ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente.
Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea declarado culpable, si se juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea necesario para apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido por la ley.
Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, a condición de que su manifestación no perturbe el orden público establecido por la ley.
Artículo 11.- La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los derechos más preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, a trueque de responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.
Artículo 12.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de una fuerza pública; por lo tanto, esta fuerza ha sido instituida en beneficio de todos, y no para el provecho particular de aquéllos a quienes ha sido encomendada.
Artículo 13.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, resulta indispensable una contribución común; ésta debe repartirse equitativamente entre los ciudadanos, proporcionalmente a su capacidad.
Artículo 14.- Los ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través de sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su recaudación y su duración.
Artículo 15.- La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo agente
público.
Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución.
Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de modo evidente, y a condición de una justa y previa indemnización."

Actividades sugeridas:
a) Cuestionario
Luego de leer "La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" contesta:
1-¿Qué artículos te han llamado más la atención?
2-¿Qué idea de "Libertad" transmite este documento?
3-¿Qué Derechos Humanos son citados en ella?

b)Recorte:
Organice a los alumnos en pequeños grupos y presente distintos artículos del documento que considere más significativos, sin indicarles de dónde ha sido extraído. Luego interróguelos (oralmente o por escrito)de modo que puedan analizar el contenido de los mismos, realizar reflexiones y establecer relaciones con hechos actuales. Algunas de ellas podrían ser:
1-¿De dónde será este artículo?
2-¿Qué idea fundamental nos transmite?
3-¿Qué opinión les merece?
4-¿Están de acuerdo con esa declaración? ¿Por qué?
5-¿Qué relación tiene con los debates sociales actuales?

He descubierto gran riqueza en el análisis de dicha declaración se las recomiendo en gran manera

Carlos García

Culturas precolombinas

LOS MAYAS

Los mayas vivieron en el territorio que hoy pertenece al sur de México (península de Yucatán), Guatemala, Honduras y Belice.

A la llegada de los españoles, su historia tenía más de mil años de antigüedad y habían pasado varios siglos desde su época de esplendor.

Vivían en ciudades independientes entre sí; llamadas ciudades-Estado. Cada una tenía su propio gobierno ejercido por un jefe supremo llamado Halach Uinic, que significa “el verdadero hombre”. Su cargo era hereditario y gobernaba junto a un consejo de nobles y sacerdotes.

La sociedad maya estaba dividida en grupos sociales bien diferenciados. La clase superior estaba integrada por los nobles. Era un grupo dirigente y estaba conformado por funcionarios del gobierno, sacerdotes y militares. Por debajo se encontraban los comerciantes, que tenían gran prestigio dentro de la sociedad porque tenían oro, plumas tropicales y pieles de jaguar desde tierras lejanas.

La mayor parte de la población estaba integrada por artesanos y campesinos. Los primeros hacían tejidos, vasijas, armas y joyas; mientras que los campesinos se dedicaban a las tareas agrícolas y vivían en aldeas en las afueras de las ciudades. Por último, estaban los esclavos que eran prisioneros de guerra.

Su economía se basaba en la agricultura. Para realizar esta actividad era necesario talar árboles de la selva, medio en el que habitaban, y quemar los restos de vegetación. Después agujereaban el suelo cubierto de cenizas con un palo cavador y depositaban las semillas.

Esta técnica de cultivo se conoce como roza y permitía gran un rendimiento, aunque los suelos se agotaban rápido. Además del maíz, que era la base de su economía, los mayas cultivaban algodón, cacao, mandioca, porotos y boniatos.

Los mayas tenían extraordinarios conocimientos de matemática y astronomía. Habían desarrollado un sistema de numeración vigesimal, es decir que contaban de 20 en 20, y conocían el concepto de 0.

Estudiaban los astros, las estaciones y los fenómenos naturales como la lluvia. Estas observaciones eran realizadas por los sacerdotes desde grandes observatorios. A partir de ellas elaboraron dos calendarios: uno sagrado, para el culto (260 días), y otro común, para la vida diaria (365 días) basado en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol.

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LOS INCAS

Un siglo antes de la llegada de los españoles, en la región andina de América del Sur, los incas formaron un inmenso Imperio al que llamaron Tahuantinsuyo, que se extendía desde el actual territorio de Ecuador hasta el centro de Mendoza (Argentina) y Chile.

La capital del Imperio era Cuzco, situada a 3.650 metros de altitud. Allí vivía el Inca, máxima autoridad política y religiosa. Se creía que era hijo del Sol. Nadie se le podía acercar ni mirar directamente a los ojos.

Gobernaba el Imperio a través de una gran cantidad de funcionarios. Entre éstos eran muy importantes los gobernadores locales, llamados curacas, que cobraban tributos para el Inca y vigilaban que se cumplieran sus órdenes.

Para controlar mejor el Imperio, los incas lo dividieron en cuatro grandes áreas o suyos. Estas regiones se conectaban entre sí mediante una extensa red de caminos de piedra y puentes colgantes, por los que iban y venían corriendo los mensajeros, llamados chasquis. Para el gobierno inca, los caminos eran indispensables: aseguraban la movilización de los ejércitos y el transporte de los productos cosechados.

La organización social de los incas se basaba en el ayllu, un tipo de comunidad cuyos integrantes descendían de antepasados comunes. Cada ayllu contaba con una autoridad local llamada curaca, que organizaba el trabajo comunal de la tierra y la entrega de tributos y mano de obra a Cuzco.

Se distinguían estas divisiones sociales: la nobleza (formada por la familia del Inca y quienes ocupaban cargos importantes), los funcionarios y los artesanos especializados, los agricultores y pastores (organizados en clases familiares o ayllus) y los yanaconas que servían a los curacas y a otros funcionarios y no pertenecían a ningún ayllu.

La base de la economía incaica era la agricultura, que practicaban en los valles y en las laderas de las montañas. Por tanto, la tierra era uno de los bienes fundamentales.

Para cultivar en las laderas construyeron terrazas o andenes de cultivo. Las terrazas eran grandes escalones de tierra apuntalados por piedras; eran regadas mediante canales que conducían el agua que se formaba al derretirse los hielos de las cumbres. Los productos agrícolas más cultivados en el Tahuantinsuyo fueron la papa, el maíz y la coca.

Los incas también desarrollaron la ganadería. Criaban llamas y alpacas, de las que obtenían carne y lana. La mayor parte de los rebaños pertenecían al Inca. La llama era, además, su principal medio de carga y transporte.

A diferencia de los mayas y los aztecas, los incas no desarrollaron un sistema de escritura.

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LOS AZTECAS

Los aztecas ocuparon la región central del actual México. Organizaron un ejército muy combativo, con el que poco a poco lograron dominar a los otros pueblos que habitaban el valle de México. Con las conquistas los aztecas formaron un poderoso Imperio, es decir, dominaron un extenso territorio.

Hacia el año 1300 d. C. fundaron Tenochtitlán, su ciudad principal, sobre los islotes del lago Texcoco. En la época de mayor esplendor, la ciudad azteca contaba con grandes edificios y templos, además de un sistema de canales para el riego y transporte de canoas y puentes para la comunicación con tierra.

El territorio estaba dividido en comunidades o calpullis, cuyos miembros tenían antepasados comunes. Cada uno estaba gobernado por un jefe militar y otro civil. Los jefes de los calpullis integraban un consejo que se encargaba de elegir el emperador. La autoridad máxima del Imperio era tratado con grandes honores y vivía en un hermoso palacio.

Los aztecas construyeron una sociedad jerarquizada.

La nobleza, denominada piles, estaba compuesta por el emperador, su familia, los príncipes de las ciudades, los sacerdotes, los militares, los grandes funcionarios y los jefes de los calpullis. Por debajo de ellos, estaban los artesanos especializados y los comerciantes. Los artesanos especializados hacían verdaderas obras de arte en orfebrería, cerámica, tejido y plumería. Los comerciantes intercambiaban los diferentes productos en los mercados de la ciudad.

El grupo más numeroso era el maceual, formado por los campesinos y los artesanos comunes. Los primeros se dedicaban a las tareas agrícolas, mientras los segundos producían ropas sencillas y utensilios que utilizaba el pueblo.

Por último, se encontraban los esclavos, que hacían los trabajos más duros y estaban al servicio del emperador, generalmente eran prisioneros de guerra.

Para sus cultivos, los aztecas aprovecharon el lago Texcoco. Construían enormes plataformas con cañas y las cubrían con espesas capas de tierra fértil. Plantaban árboles alrededor de ellas, para que las raíces fijaran las plataformas al fondo del lago, eran llamadas chinampas. Gracias a este sistema cultivaron maíz, calabazas, tomates, porotos y cacao, entre otros.

Los mercados aztecas eran símbolos de su poderío, de su eficaz organización y de la importancia de sus actividades comerciales. Allí se ofrecían diferentes productos. Los intercambios se hacían mediante el trueque o utilizando semillas de cacao como moneda.

Los aztecas adoraban a varios dioses relacionados con las fuerzas naturales y la fertilidad de la tierra, es decir, eran politeístas.

Tenían un sistema de escritura y un calendario similar al de los mayas.

FUENTE: Ciencias Sociales 4 Geografía e Historia Santillana

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