LOS MAYAS
Los mayas vivieron en el territorio que hoy pertenece al sur de México (península de Yucatán), Guatemala, Honduras y Belice.
A la llegada de los españoles, su historia tenía más de mil años de antigüedad y habían pasado varios siglos desde su época de esplendor.
Vivían en ciudades independientes entre sí; llamadas ciudades-Estado. Cada una tenía su propio gobierno ejercido por un jefe supremo llamado Halach Uinic, que significa “el verdadero hombre”. Su cargo era hereditario y gobernaba junto a un consejo de nobles y sacerdotes.
La sociedad maya estaba dividida en grupos sociales bien diferenciados. La clase superior estaba integrada por los nobles. Era un grupo dirigente y estaba conformado por funcionarios del gobierno, sacerdotes y militares. Por debajo se encontraban los comerciantes, que tenían gran prestigio dentro de la sociedad porque tenían oro, plumas tropicales y pieles de jaguar desde tierras lejanas.
La mayor parte de la población estaba integrada por artesanos y campesinos. Los primeros hacían tejidos, vasijas, armas y joyas; mientras que los campesinos se dedicaban a las tareas agrícolas y vivían en aldeas en las afueras de las ciudades. Por último, estaban los esclavos que eran prisioneros de guerra.
Su economía se basaba en la agricultura. Para realizar esta actividad era necesario talar árboles de la selva, medio en el que habitaban, y quemar los restos de vegetación. Después agujereaban el suelo cubierto de cenizas con un palo cavador y depositaban las semillas.
Esta técnica de cultivo se conoce como roza y permitía gran un rendimiento, aunque los suelos se agotaban rápido. Además del maíz, que era la base de su economía, los mayas cultivaban algodón, cacao, mandioca, porotos y boniatos.
Los mayas tenían extraordinarios conocimientos de matemática y astronomía. Habían desarrollado un sistema de numeración vigesimal, es decir que contaban de 20 en 20, y conocían el concepto de 0.
Estudiaban los astros, las estaciones y los fenómenos naturales como la lluvia. Estas observaciones eran realizadas por los sacerdotes desde grandes observatorios. A partir de ellas elaboraron dos calendarios: uno sagrado, para el culto (260 días), y otro común, para la vida diaria (365 días) basado en el movimiento de
LOS INCAS
Un siglo antes de la llegada de los españoles, en la región andina de América del Sur, los incas formaron un inmenso Imperio al que llamaron Tahuantinsuyo, que se extendía desde el actual territorio de Ecuador hasta el centro de Mendoza (Argentina) y Chile.
La capital del Imperio era Cuzco, situada a 3.650 metros de altitud. Allí vivía el Inca, máxima autoridad política y religiosa. Se creía que era hijo del Sol. Nadie se le podía acercar ni mirar directamente a los ojos.
Gobernaba el Imperio a través de una gran cantidad de funcionarios. Entre éstos eran muy importantes los gobernadores locales, llamados curacas, que cobraban tributos para el Inca y vigilaban que se cumplieran sus órdenes.
Para controlar mejor el Imperio, los incas lo dividieron en cuatro grandes áreas o suyos. Estas regiones se conectaban entre sí mediante una extensa red de caminos de piedra y puentes colgantes, por los que iban y venían corriendo los mensajeros, llamados chasquis. Para el gobierno inca, los caminos eran indispensables: aseguraban la movilización de los ejércitos y el transporte de los productos cosechados.
La organización social de los incas se basaba en el ayllu, un tipo de comunidad cuyos integrantes descendían de antepasados comunes. Cada ayllu contaba con una autoridad local llamada curaca, que organizaba el trabajo comunal de la tierra y la entrega de tributos y mano de obra a Cuzco.
Se distinguían estas divisiones sociales: la nobleza (formada por la familia del Inca y quienes ocupaban cargos importantes), los funcionarios y los artesanos especializados, los agricultores y pastores (organizados en clases familiares o ayllus) y los yanaconas que servían a los curacas y a otros funcionarios y no pertenecían a ningún ayllu.
La base de la economía incaica era la agricultura, que practicaban en los valles y en las laderas de las montañas. Por tanto, la tierra era uno de los bienes fundamentales.
Para cultivar en las laderas construyeron terrazas o andenes de cultivo. Las terrazas eran grandes escalones de tierra apuntalados por piedras; eran regadas mediante canales que conducían el agua que se formaba al derretirse los hielos de las cumbres. Los productos agrícolas más cultivados en el Tahuantinsuyo fueron la papa, el maíz y la coca.
Los incas también desarrollaron la ganadería. Criaban llamas y alpacas, de las que obtenían carne y lana. La mayor parte de los rebaños pertenecían al Inca. La llama era, además, su principal medio de carga y transporte.
A diferencia de los mayas y los aztecas, los incas no desarrollaron un sistema de escritura.
LOS AZTECAS
Los aztecas ocuparon la región central del actual México. Organizaron un ejército muy combativo, con el que poco a poco lograron dominar a los otros pueblos que habitaban el valle de México. Con las conquistas los aztecas formaron un poderoso Imperio, es decir, dominaron un extenso territorio.
Hacia el año 1300 d. C. fundaron Tenochtitlán, su ciudad principal, sobre los islotes del lago Texcoco. En la época de mayor esplendor, la ciudad azteca contaba con grandes edificios y templos, además de un sistema de canales para el riego y transporte de canoas y puentes para la comunicación con tierra.
El territorio estaba dividido en comunidades o calpullis, cuyos miembros tenían antepasados comunes. Cada uno estaba gobernado por un jefe militar y otro civil. Los jefes de los calpullis integraban un consejo que se encargaba de elegir el emperador. La autoridad máxima del Imperio era tratado con grandes honores y vivía en un hermoso palacio.
Los aztecas construyeron una sociedad jerarquizada.
La nobleza, denominada piles, estaba compuesta por el emperador, su familia, los príncipes de las ciudades, los sacerdotes, los militares, los grandes funcionarios y los jefes de los calpullis. Por debajo de ellos, estaban los artesanos especializados y los comerciantes. Los artesanos especializados hacían verdaderas obras de arte en orfebrería, cerámica, tejido y plumería. Los comerciantes intercambiaban los diferentes productos en los mercados de la ciudad.
El grupo más numeroso era el maceual, formado por los campesinos y los artesanos comunes. Los primeros se dedicaban a las tareas agrícolas, mientras los segundos producían ropas sencillas y utensilios que utilizaba el pueblo.
Por último, se encontraban los esclavos, que hacían los trabajos más duros y estaban al servicio del emperador, generalmente eran prisioneros de guerra.
Para sus cultivos, los aztecas aprovecharon el lago Texcoco. Construían enormes plataformas con cañas y las cubrían con espesas capas de tierra fértil. Plantaban árboles alrededor de ellas, para que las raíces fijaran las plataformas al fondo del lago, eran llamadas chinampas. Gracias a este sistema cultivaron maíz, calabazas, tomates, porotos y cacao, entre otros.
Los mercados aztecas eran símbolos de su poderío, de su eficaz organización y de la importancia de sus actividades comerciales. Allí se ofrecían diferentes productos. Los intercambios se hacían mediante el trueque o utilizando semillas de cacao como moneda.
Los aztecas adoraban a varios dioses relacionados con las fuerzas naturales y la fertilidad de la tierra, es decir, eran politeístas.
Tenían un sistema de escritura y un calendario similar al de los mayas.
FUENTE: Ciencias Sociales 4 Geografía e Historia Santillana
1 comentario:
Espero te gusten las imágenes que agregué...
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