En el suplemento Que Pasa del diario El País salió publicado un artículo informando que primaria tiene 100 niños con mala conducta por año. La cifra parece ser muy inferior a lo que se percibe en la realidad. Los niños con problemas de conducta abundan por las escuelas del país.
Además del dato estadístico que títula el texto, el mismo está acompañado con el subtitulo de "La constitución no permite expulsar alumnos por mala conducta."
El Consejo de Educación Primaria nunca ha tomado la resolución de explusar a un niño por respeto a las normas consitucionales según Óscar Gómez, director general de Primaria..
Óscar Gómez también agrega que: "La educación es un derecho humano fundamental, y por tanto nadie puede estar privado de ella"
La solución para el director es "atender a esos chicos problemáticos en horario escolar y fuera de clase, intentando que permanezca en su escuela.
Pero el último recurso, muchas veces bienvenido, es decidir el cambio de centro escolar. A veces alcanza con mudarlo a una escuela cercana, a seis cuadras, y ya va sin su historial de conflictividad y sin el estigma. Ahí los maestros tendrán que buscar la estrategia para evitar que su conducta vuelva a quedar fuera de los cánones normales"
Más allá de que todos tienen derecho a recibir educación, también todos tienen derecho a recibir educación y que nos se vea limitada por situaciones ajenas que hacen imposible el aprendizaje.
Algunas veces producto de alumnos que tienen problemas de conducta se perjudican a otros que no los tienen.
Cuando se refiere a niños con mala conducta no se esta incluyendo al conocido niño pícaro, inquieto, desafiante y bravucón sino a niños con serios problemas de conducta que no se solucionan solamente con la tarea de un educador.
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Educar o Aguantar en el Aula
sábado, 31 de julio de 2010
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1 comentario:
Los niños con severos problemas de conducta merecen un estudio multidiciplinario del caso. Existen muchos en nuestras escuelas públicas (100 es una cifra ridícula) que deberían estar bajo medicación y en escuelas especiales. Nadie duda que las enfermedades mentales se hacen cada vez más frecuentes, pero por conveniencia y economía, los que tienen la responsabilidad de enfrentar estas situaciones se hacen los distraídos y tratan de minimizar todo. Lamentablemente hemos creado las condiciones sociales sistémicas favorables para que estas conductas y anomalías se incrementen. Y más lamentable aún es que existan jerarcas funcionales a esto. Dan pena.
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