sábado, 14 de mayo de 2011

Forma de gobierno: La República

Camino a la República

Esta forma de gobierno tiene raíces muy lejanas. Una obra filosófica griega de la antigüedad, “La República”, escrita por Plató (428 – 347 a.C.), trata de la naturaleza, de la justicia y de la organización de una sociedad perfecta. Platón fue un personaje clave en la historia de las ideas.

En esa forma el filósofo intenta aunar ideas, es decir unificar principios racionales, éticos y religiosos. Gran parte de la obra está dedicada a la preparación intelectual de los gobernantes, a destacar la felicidad verdadera de los ciudadanos individuales, como resultado de una vida pública pacífica y productiva.

Estas ideas fueron madurando a lo largo de los siglos y es así que en los siglos XVII y XVIII aparecieron grandes pensadores que conformaron las llamadas “Nuevas Ideas”.








Las Nuevas Ideas que promulgaron estos pensadores fueron la base ideológica de los cambios que se operaron tanto en la sociedad como en las estructuras políticas y económicas. Fueron la fuente inspiradora de la independencia de los Estados Unidos, de la Revolución Francesa en Europa, y posteriormente de la revolución de las colonias españolas en América.

Los principales pensadores de este Iluminismo o Ilustración se presentaron en diversas áreas (política, social, económica y científica).

Voltaire (francés, 1694 – 1778), debido a que fue desterrado a Inglaterra, logró admirar la libertad que tenían los ingleses. El tipo de gobierno inglés era una monarquía parlamentaria, esto le permitía al pueblo regular las decisiones del rey de forma indirecta. Se decía que “el príncipe”, poderoso para hacer el bien, tiene las manos atadas para hacer el mal”. Fue así que Voltaire ante todo defendió las libertades individuales y la tolerancia, se opuso a los abusos del poder, las injusticias, la tortura y el crimen.

Locke (inglés, 1632 – 17049 estableció que el hombre tenía derechos naturales y que éstos eran la libertad y la propiedad. El gobierno nacía de un contrato social, o sea de un acuerdo entre los ciudadanos de un Estado para proteger sus derechos, y por lo tanto el gobierno tenía como función ser delegado del pueblo. De ahí el principio fundamental de la soberanía popular y la limitación de poderes. Si el pueblo no estaba de acuerdo con el gobierno tenía derecho a rebelarse.

Montesquieu (francés, 1689 – 1755), al igual que Voltaire, vivió en Inglaterra y admiró su forma de organización política (la monarquía parlamentaria).

Proclamó la separación de poderes (el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial) para evitar el abuso de la autoridad.

La autoridad real debía ser limitada y los representantes de la nación debían vigilarla.

Rousseau (suizo, 1712 – 1778) fue el creador de un nuevo sistema político y autor teórico de una nueva forma de organización de la sociedad.

Estableció el principio de que todos los hombres son iguales y libres, que toda organización social y política tiene que garantizar los derechos de cada persona, pero que cada individuo tiene que someterse al interés y la voluntad de la mayoría, siendo el pueblo el único soberano.












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