martes, 22 de febrero de 2011

Cuentos para favorecer la autoestima

Cuentos para trabajar el valor: autoestima y tolerancia


Siempre al comenzar un nuevo curso - y muchas veces durante el mismo- es bueno favorecer la autoestima de los alumnos que llegan con muchas expectativas e inquietudes.
Aquí les dejo dos cuentos sencillos de fácil interpretación que pueden ser de gran ayuda:

Cuento 1


El árbol que no sabía quién era…

En algún lugar, crecía un hermoso jardín con manzanos, naranjos perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema. ¡No sabía quién era!

Lo que te falta es concentración- le decía el manzano- Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. ¡Ves que fácil es!

No lo escuches- exigía el rosal- Es más sencillo tener rosas ¡Ves que bellas son!

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no logra ser cómo los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, el más sabio de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

-No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la Tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas, o a parecerte a ellos. Sé tú mismo, conócete...y para lograrlo, escucha tu voz interior-

Y dicho esto, el búho desapareció.

-¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme? - se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió.

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

-Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres una rosa. Eres un Roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje...Tienes una misión. ¡Cúmplela!-

Entonces el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, de pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Luego de leer con atención el cuento realiza el siguiente análisis:

¿Qué enseñanza nos transmite?

¿De qué modo muchas veces actuamos como el “roble”?

Compártelo con tu familia y registra algunos de sus comentarios al respecto

Cuento 2

La Asamblea de Herramientas

En un pequeño pueblo, existía una diminuta carpintería famosa por los muebles que allí se fabricaban. Cierto día las herramientas decidieron reunirse en asamblea para arreglar sus diferencias. Una vez que estuvieron todas reunidas, el martillo, en su calidad de presidente tomó la palabra.

-Queridos compañeros, ya estamos constituidos en asamblea. ¿Cuál es el problema?

-Tienes que renunciar- exclamaron muchas voces.

-¿Cuál es la razón? – inquirió el martillo. -¡Haces demasiado ruido!- se oyó al fondo de la sala, al tiempo que las demás afirmaban con sus gestos. -Además -agregó otra herramienta-, te pasas el día golpeando todo.

El martillo se sintió triste y frustrado. -Está bien, me iré si eso es lo que queréis. ¿Quién se propone como presidente?-

-¡Yo!- Se autoproclamó el tornillo

-De eso nada -gritaron varias herramientas- Sólo sirves si das muchas vueltas y eso nos retrasa a todos.

-Seré yo -exclamó la lija.

-¡Jamás!-protestó la mayoría- Eres muy áspera y siempre tienes roces con los demás.

-¡Yo seré el próximo presidente! -anunció el metro.

-De ninguna manera, te pasas el día midiendo a los demás como si tus medidas fueran las únicas válidas – dijo una pequeña herramienta.

En esa discusión estaban enfrascados cuando entró el carpintero y se puso a trabajar. Utilizó todas y cada una de las herramientas en el momento oportuno. Después de unas horas de trabajo, los trozos de madera apilados en el suelo fueron convertidos en un precioso mueble listo para entregar al cliente. El carpintero se levantó, observó el mueble y sonrió al ver lo bien que había quedado. Se quitó el delantal de trabajo y salió de la carpintería.

De inmediato la Asamblea volvió a reunirse y la tenaza tomó la palabra: “Queridos compañeros, es evidente que todos tenemos defectos pero acabamos de ver que nuestras cualidades hacen posible que se puedan hacer muebles tan maravillosos como éste”. Las herramientas se miraron unas a otras sin decir nada y la tenaza continuó:

-Son nuestras cualidades y no nuestros defectos las que nos hacen valiosas. El martillo es fuerte y eso nos hace unir muchas piezas. El tornillo también une y da fuerza allí donde no actúa el martillo. La lija lima aquello que es áspero y pule la superficie. El metro es preciso y exacto, nos permite no equivocar las medidas que nos han encargado. Y así podría continuar con cada una de vosotras.

Después de aquellas palabras todas las herramientas se dieron cuenta que sólo el trabajo en equipo les hacia realmente útiles y que debían de fijarse en las virtudes de cada una para conseguir el éxito. Sin duda comprendieron que todas eran diferentes pero necesarias e importantes al mismo tiempo.


Lee con atención el cuento y luego contesta:

1. ¿Por qué discutían las herramientas?

2.¿Qué descubrieron luego de ser utilizadas por el carpintero?

3.¿Por qué es tan importante reconocer los atributos y talentos de cada persona?


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